4.500 KM PARA CONTEMPLAR EL NACIMIENTO DE VENUS
La obra de Sandro Botticelli como motor de este viaje
Se me ocurren muchísimas excusas para emprender un viaje. Éste se fue gestando durante los dos últimos años de la manera más insospechada. Tuvimos un primer contacto con una copia de la obra de Botticelli en otro viaje y en otro contexto. Algo nos llamó poderosamente la atención en el cuadro. No sabríamos explicarlo. Tanto es así que empezamos a investigar sobre el autor y la obra hasta que un día planteamos: «¿y si vamos a la galería Ufizzi, en Florencia, a ver el original en persona?»
Muy motivados por el cine italiano que últimamente veíamos «Vacaciones en Roma», «En un rincón de la Toscana», «Bienvenidos al sur» (versión italiana de la película francesa «Bienvenidos al Norte»), «Si Dios quiere»… etc, comenzamos a organizar el viaje. Tuvimos claro que tenía que ser en coche (buuufff) para perderse por Italia.
Comenzamos por la capital, sin rodeos. Roma, el primer día impacta hasta que te haces al ritmo y la energía de la ciudad. No hay reglas de circulación, las sirenas afónicas no dejan de gritar todo el día muy desafinadas y en general todo va rápido. Pronto comenzamos a entender la energía de la ciudad y aprendimos a fluir con ella. Las fotos iban saliendo sin buscarlas. ¡Roma nos conquistó! Su locura, sus olores, sus colores… Pintoresca, auténtica.
El Vaticano lo encontramos demasiado saturado de turismo, nos hubiera gustado verlo con más tranquilidad pero en junio parece ser imposible. Aún así, alucinamos con la Basílica de San Pedro, La capilla Sixtina y los museos vaticanos. Todo Espectacular.
Tras unos días en Roma era el momento de perderse por carreteras secundarias en la Toscana para disfrutar de un poco de relax. Muchos pueblos visitados y otros que se quedaron en el tintero. Había que decidir.
Por fin llegó el gran momento, Florencia, galería Ufizzi, Botiticelli, El nacimiento de Venus, el cuadro que nos había llevado a Florencia un día de junio. Ya dentro de la galería, accedimos a una zona destinada al autor. Nos emocionamos cuando vimos el primer cuadro, «La Primavera». Hasta que giramos la mirada 90º a la derecha y… ¡Allí estaba! «El Nacimiento de Venus«. ¡Lo habíamos conseguido!
A la vuelta, he intentado dar un cierto orden a las fotos que hice durante el viaje pero me ha sido imposible. Así las publico, como se hicieron, como ví y sentí las cosas, sin ningún orden aparente, caóticas. Color, blanco y negro, edificios, lugares, personas y arte por todas las esquinas. Arrivederci Italia. Grazie di tutto.